El projecte inicial a Rio va caure bastant ràpid. Problemes legals van reconduir la base fins a Buenos Aires. Evidentment no vaig tenir res a objectar, doncs aquesta era la meva primera opció. Un any a Buenos Aires amb possibilitat de fins a tres anys. Això era un bon projecte.
Basat a Buenos Aires vaig passar els primers sis mesos.Gestionant projectes des d'aquí, amb molta feina,
Passades unes vacances ben intenses entre França, Tenerife i Barcelona vaig tornar a la capital argentina, ple d'energia i ganes d'activitats.
Al mateix moment els projectes a l'exterior van començar a arribar. Ja m'havia tocat anar un cop a Costa Rica i dos a Brasil, però per poc temps. Ara tocava desplaçar-me més seguit i encadenar uns bonics viatges.
La sempre grisa Lima, on vaig tornar a assaborir el bon menjar peruà, visitar alguns barris que no coneixia, descobrir una mica de la cultura musical limenya i gaudir de la visita d'una amiga per uns dies.
Bogotà, primera visita a la capital colombiana, on vaig compartir un bonic dinar familiar amb un company de feina i una mica de turisme amb el meu cap per Cerro Monserrate, pel centre de la ciutat i l'interessant Museo del oro.
Tot seguit vaig tenir-ne un altre a Santiago de Xile, primer cop que trepitjava
Trobava a faltar aquests viatges i ara que conec molts dels llocs i gent una mica per tot arreu, és ben agradable recórrer el continent tot i ser per feina.
Però en acabar l'any també van acabar els permisos per treballar per aquí i no hi va haver manera de renovar-los. Així doncs diverses opcions es plantejaven. Tornar a Barcelona i seguir treballant des d'allí...

Patagònia sud, el camí continua.
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Vuelvo a abrir el blog, de manera temporal, para incorporar las últimas etapas de mi vida.
El proyecto inicial en Río se fue a pique bastante rápido. Problemas legales recondujeron la base hasta Buenos Aires. Evidentemente no tuve nada que objetar, pues esta era mi primera opción. Un año en Buenos Aires con posibilidad de hasta tres años. Esto era un buen proyecto.
Basado en Buenos Aires pasé los primeros seis meses. Gestionando proyectos desde aquí, con mucho trabajo, no se puede decir que aprovechara demasiado para descubrir la ciudad ni salir demasiado. Lo único bueno que hice fue ir mucho al teatro y retomar el rugby, pero no duró demasiado. El invierno porteño fue crudo y yo me refugié en mi hogar.
Pasadas unas vacaciones muy intensas entre Francia, Tenerife y Barcelona volví a la capital argentina, lleno de energía y ganas de actividades. Empecé a ir a tango y salir un poco más. Empecé a dedicar un poco de tiempo a descubrir diferentes barrios y pensar en establecerme un poco más en la ciudad. El único punto que no me tenía demasiado convencido era el lugar donde vivía, pues el ruido estaba presente a lo largo de todo el día. La ciudad de Buenos Aires puede llegar a ser muy ruidosa debido al tráfico. Empecé a plantearme cambiar de apartamento.
Al mismo tiempo los proyectos en el exterior comenzaron a llegar. Ya me había tocado ir una vez a Costa Rica y dos a Brasil,
La siempre gris Lima, donde volví a saborear la buena comida peruana, visitar algunos barrios que no conocía, descubrir algo de la cultura musical limeña y disfrutar de la visita de una amiga por unos días.
Bogotá, primera visita a la capital colombiana, donde compartí un lindo almuerzo familiar con un compañero de trabajo y un poco de turismo con mi jefe por Cerro Monserrate, por el centro de la ciudad y el interesante Museo del Oro.

Echaba de menos estos viajes y ahora que conozco muchos de los lugares y gente un poco por todas partes, es bien agradable recorrer el continente aunque sea por trabajo.
Pero al terminar el año también acabaron las autorizaciones para trabajar por aquí y no hubo manera de renovarlas. Así pues varias opciones se planteaban.
Patagonia sur, el camino continúa.
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